La seriedad del juego (1 de 2)

Mi madre, maestra de infantil durante toda su vida laboral se encontró a muchos padres con la misma pregunta: «¿A qué actividad extraescolar apunto al niño?» Y su respuesta siempre es: «Que juegue, que es  lo que tiene que hacer a su edad«. Más tarde, mi hermana, ya madre, comentaba al respecto: «Es que su trabajo es jugar«.

Y cada vez estoy más de acuerdo.

Cualquiera que haya dedicado una tarde a jugar con un niño sabe de lo increíblemente creativos que pueden llegar a ser. De su manera intuitiva de construir historias y convertir una tarde gris de cualquier día en un universo inabarcable, una construcción que se eleva y retuerce cuanto sea necesario para luego evaporarse en un segundo: el segundo en que se cansan. No se aferran a ello porque les sobra capacidad de fantasía. ¿Cómo no iba a ser así cuando les quedan todas las normas por aprender y dedican casi todas las horas de su día al pensamiento divergente?

¿Quien no se ha sentido alguna vez como en la viñeta …de vuelta a casa?

http://lunarbaboon.squarespace.com/comics/mess.html

Y he estado pensando mucho más sobre ello desde que el vi una charla extraordinaria que dió el ex-Monty Python John Cleese sobre creatividad hace ya unos cuantos años, pero que gracias a youtube ha vuelto a la luz (vía +Dolors Reig):

Os la recomiendo encarecidamente. Pero como dura 36 minutos, voy a los puntos que me importan para lo que tiene que ver con jugar. Y son estos:

Al principio de la charla un primer momento, establece la relación entre  el juego y la creatividad:

«MacKinnon mostró, investigando científicos, arquitectos, ingenieros y escritores que aquellos considerados `más creativos´ por sus colegas no eran de ninguna manera, en ningún caso, diferentes en IQ que sus colegas `menos creativos´. Entonces, ¿de qué forma eran diferentes? MacKinnon mostró que los más creativos habían simplemente adquirido una facilidad para ponerse en un estado particular. Una forma de proceder que permitía a su creatividad natural operar. MacKinnon describe esta facilidad particular como `una habilidad para jugar´. En efecto, describe a los más creativos en este estado `como si fuesen niños´. Porque eran capaces de jugar con ideas y explorarlas no por obtener ningún propósito inmediato solo para divertirse. Jugar por jugar».

Unos minutos más tarde, da una clave fundamental sobre el juego, sobre la que volveré, su limitación temporal:

«No es suficiente con crear espacio, tienes que crear tu espacio por un periodo específico de tiempo. Tienes que saber que tu espacio durará hasta exactamente, por ejemplo, las 15:30. Y que en ese momento tu vida normal va a empezar otra vez. Y es solo teniendo un momento específico cuando tu espacio empieza e igualmente un tiempo específico en el que tu espacio termina cuando puedes enclaustrarte del `modo cerrado´ del día a día  en el que todos operamos habitualmente. Y no me di cuenta de esto hasta que leí un estudio histórico sobre el juego por un historiador alemán llamado Johan Huizinga. En el dice: `El juego es distinto de la vida corriente  en lugar y duración. Esta es su cualidad principal, su reclusión, su limitación´. El juego comienza y termina en un momento concreto. De otra forma, no es juego. Entonces, combinando los primeros factores creamos un oasis de tranquilidad para nosotros poniendo límites de espacio y tiempo. Ahora la creatividad puede ocurrir …porque el juego es posible cuando nos separamos de la vida corriente«.

Y un rato después, explica por qué esa limitación temporal y espacial, esa separación de la vida corriente, es tan importante. Porque sólo de esa manera puede darse unos de los cinco factores necesarios para la creatividad: la seguridad.

«El siguiente factor (…) es la Seguridad. (…) Nada va a parar tu creatividad más que el miedo de cometer un error. Si pensamos sobre el juego es fácil de entender. Jugar es experimentar. ¿Qué pasa si hago esto? ¿Qué pasaría si hago esto otro? ¿Y si…? 

La esencia del jugar es estar abierto a cualquier cosa que pueda ocurrir. El sentimiento de que cualquier cosa que ocurra está bien. No puedes jugar si te asusta que tomar cierta dirección va a ser un error. ¡Algo que no deberías haber hecho! O eres libre para jugar o no lo eres. Como dice Alan Watts: `No puedes ser espontáneo dentro de la razón´. Tienes que arriesgarte a decir cosas tontas, ilógicas, incorrectas y la mejor forma de tener la seguridad para hacerlo, es saber que mientras eres creativo, nada está mal. No existen los errores, cualquier intento puede llevar a la solución. La verdadera esencia de la jugabilidad es estar abierto a cualquier cosa que pueda ocurrir».

Y me pregunto yo, ¿no es éso, ni más ni menos, lo que están buscando los niños? ¿Enseñarles demasiado pronto «cómo tienen que ser las cosas», no será peor para su desarrollo que el permitirles que sean de cualquier modo? ¿No los hará inseguros?

¿No es lo mismo para los adultos? ¿No es la incapacidad de jugar la que nos vuelve inseguros y poco creativos?

Porque, cuidado, aún voy más allá. El hecho de que se trate de un entorno limitado -en tiempo y en espacio- no significa que el juego esté completamente aislado del resto de la vida. Porque nosotros sí somos permeables a esa frontera. Y podemos -debemos- aprender del juego y traernos aprendizajes que luego nos aporten en nuestra vida cotidiana. En todo aquello que «no es ningún juego«.

Creo, además, que funciona por mecanismos muy similares a los de las historias. Las narraciones, al igual que los juegos, también tienen un comienzo y un final. Un entorno seguro en el que cualquier cosa puede ocurrir. Especialmente, aquellas cosas que nunca son totalmente como nuestra vida del día a día, pero que nos enseñan a entenderla mejor. Enriqueciéndola en el proceso.

Tal vez una historia no sea más que un juego en el que nosotros no somos protagonistas

a veces.

15 comentarios en “La seriedad del juego (1 de 2)

    1. Lo que está claro es que esas personas, como las meigas, haberlas haylas.

      Aunque supongo que en aspectos muy distintos. Y que muchos sólo se permiten serlo en ambientes muy íntimos y discretos.

      Igual lo que que hay que hacer no es tanto conocer a más personas como conocer mejor a personas… ¿No crees?

  1. Interesante entrada sobre la creatividad, cierto que parece que la gente cuando llega a una edad descarta automáticamente el juego como algo esencial y cotidiano, por creerlo algo infantil: lo llaman «madurar» erróneamente claro. Eso es un rasgo de carácter, o una habilidad, llamadlo como queráis. Pero hay ciertos comportamientos que están mal vistos en la fría sociedad actual, no hay tiempo de juegos, ni de nada en realidad, así que la gente que va por la calle cantando porque se siente feliz, o se monta una película en la mente con cualquier cosa, somos bichitos raros. Tampoco vas por ahí diciendo: «hey, miradme,¡soy super creativa!» porque te miran raro y te apartan con un palo (no es que lo haya hecho… xD) pero los que te conocen, saben que cuando te quedas mirando a la nada, estás por ahí volando en un deslizador esquivando montañas y gaviotas. En verdad para la gente imaginativa es algo normal, sale porqué sí, no piensas en que no todos tienen ese impulso. Supongo que habrá de todo, pero en mi caso es mi mundo interior, y es mi forma de ser, parte de mi.

    Aunque no todo el mundo acepte este tipo de actitud, los juegos son algo esencial y social en la mayoría de especies, ayudan a ser feliz, positivo y divierte, a uno mismo y a los que te rodean, o así debería ser, pero en este mar de asfalto en el que nos estamos enterrando, parece que nos empeñamos en olvidar lo realmente importante.

    .KATTY.

    1. Supongo que una de los motivos principales por los que los «juegos abiertos» no se entienden en la edad adulta es por su aparente «inutilidad». Es de jugar por jugar. Sin ganadores y perdedores. Sin la consecución de un objetivo. Parece que es algo que no tienen sentido. Malgastar tiempo y recursos. Cuando, en realidad, puede llegar a a tener un valor inmenso al convertirse en gérmen creativo de otras cosas.

      Pero, supongo, que no debe hacerse por ese propósito. Uno tiene que estar dispuesto a jugar por jugar para llegar a ese estado.

      Gracias por tu comentario, katty! :)

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