Primer Arte

He visto, a cada vez,

que en el momento justo

en que te abandonabas

a la tormenta

en que la dejabas correr

por tu piel sin coartadas

ésta, súbitamente,

te ha faltado.

Ya demasiadas veces,

he visto,

tu mirada empapada

envuelta en temblor

y en un viento

—————- ridículo.

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