Entre las muchas cosas que sabe hacer mi hermana, hay una que es dar clases de español como lengua extranjera. Dado que vive en un país repleto de extranjeros de ese idioma (como lo son ya todos los países, claro, aunque ocurre que -en este caso- la inmigrante es ella) es a lo que está dedicando su actividad profesional.
El otro día, a tres de sus estudiantes más jóvenes, en una de sus primeras clases, les propuso el desproporcionado (?) reto de escribir un poema en castellano. Estamos hablando de personas que han dedicado apenas unas cuantas horas a su estudio, que no tienen -a priori- un interés especial en la literatura o la poesía, con un vocabulario limitadísimo y como mero ejercicio.
Me enseñó su resultado y…
Mirad. Mejor lo leéis vosotros mismos:
Siempre sonrío
Nunca cambio mis sueños
Siempre busco medios para hacer mis sueños realidad
Nunca pierdo mi fe
Siempre intento ser optimista
Nunca acierto a ser optimista
Siempre prefiero verde
Nunca prefiero gris.
(Cristina Pliástika)
Nunca bajo los ojos
Nunca pido, siempre doy
Nunca sé la dirección, siempre sé el destino
Nunca sigo a los otros
Mi sol nunca anochece, siempre amanece
Siempre viajo en barco
Siempre puedo, siempre hago
Así, ando.
(Petro)
Nunca olvidarse de vivir
Cada día es un juego
Nunca jugar sin razón
El juego se gana pensando
Nunca pensar lo que digo
Pero dar importancia a las palabras
Nunca decir lo que es obvio
La verdad está en los sentidos
cuando descubres el sentido de existir
Acuérdate siempre de vivir.
(Marina Papazoglu)
No sé a vosotros, pero a mí me parecen más que meritorios. Hay versos ahí que me traen todo aquello que os comenté que pido a un buen poema. Quizá, ser extranjeros, sea en cierto modo una ventaja. Y me pregunto si lo hubieran hecho mejor si conocieran todas las conjugaciones, todos esos términos deliberadamente poéticos y toda la literatura que se estudia en bachiller. Es decir, si hubieran tenido los recursos -y los vicios- del hablante medio de un idioma.
No me entendáis mal. Seguramente sí. Pero con el tiempo. Se requiere un gran esfuerzo para domesticar ciertas palabras, asimilar a los maestros, domar los ritmos y asignar prudentemente los recursos. Aprender todo eso, hacerlo tuyo, es sin duda tan difícil como aprender a bailar en la quietud:
Muy bonitos. A veces no es fácil pero se consiguen sacar versos que salen del alma y no del estudio…yo no sé si podría hacerlo mejor y soy maestra. Enhorabuena a est@s artistas de la lengua.
Se nota que están queriendo sacar cosas, ¿verdad? Seguro que a ellos les encanta leer tu opinión, Eva. Gracias!
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Lo que me parece a mi es que tu hermana es una excelente profesora. Sacar de los muchachos esos versos no puede ser producto sólo de que ellos sean alumnos aplicados.
Por otra parte me intriga el uso tan frecuente de los adverbios siempre y nunca. ¿Estarían dando esa lección cuando les pidieron componer los poemas?
No te quepa duda de que lo es, Ricardo. Decidió hace un tiempo que quería dedicarse a eso y le ha metido mucha caña. Y luego es que es muy lista, la maldita. :)
Los chavales también le han debido de poner mucho interés, por supuesto. Y lo del siempre y el nunca… sí, tiene toda la pinta de que fue la lección del día. :D
Estoy impresionada. Impresionada con tu hermana, y con sus chicos!
Buenos que son, hoygan. Gracias por comentar, Neka! ;)
Para escribir un poema es más necesario la idea original, el sentimiento que los provoca, que una lengua muy sofisticada. Hay poemas de autores consagrados que así lo demuestran. Por ejemplo, este de Blas de Otero:
Escribo
en defensa del reino
del hombre y su justicia. Pido
la paz
y la palabra. He dicho
«silencio»,
«sombra»,
«vacío»
etcétera.
Digo
«del hombre y su justicia»,
«océano pacífico»,
lo que me dejan.
Pido
la paz y la palabra.
Estos chicos han hecho uso de su madurez, han escuchado su espíritu y se han limitado sabiamente a sus limitados recursos lingüísticos, de ese modo han logrado la condensación conceptual que tienen un cierto tipo de poemas muy apreciados por cierto público y cierta crítica.
Totalmente de acuerdo, Paco. Muy bien traído el poemazo de Blas de Otero (uno de esos extraños seres que son capaces de hablar con voz muy propia incluso cuando se adhieren a las más estrictas normas de la métrica).
Me recuerda también un poco a este José Hierro:
Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.
Grito «¡Todo!», y el eco dice «¡Nada!».
Grito «¡Nada!», y el eco dice «¡Todo!».
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.
No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada).
Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.
Vaya titán, ¿qué no?
Un saludo! Gracias por comentar!
Por cierto, no poco mérito tiene la profesora, dechado de virtudes humanas e intelectuales ;) Economista, psicóloga, master en lingüística aplicada a ELE… ¿quién da más? Ah sí, es madre y políglota, me faltaba lo mejor. Por eso consigue esos resultados Loli de España, Tarrafeta de Navarra.
Jroña polla a todos,
Muy bonitos los poemas!
Ay… es que el jroña polla suena distinto cuando lo dices tú, Nico. XDDD
Sorprendente. La poesía puede engalanarse o mostrarse desnuda, y aquí está la prueba.
Exactamente, sí. Es eso. Lo decía también el gran Juan Ramón:
Desnuda
Vino, primero pura,
vestida de inocencia;
y la amé como un niño.
Luego se fue vistiendo
de no sé qué ropajes;
y la fui odiando, sin saberlo.
llegó a ser una reina,
fastuosa de tesoros…
¡Qué iracunda de yel y sin sentido!
…Mas se fue desnudando.
Y yo le sonreía.
Se quedó con la túnica
de su inocencia antigua.
Creí de nuevo en ella.
Y se quitó la túnica,
y apareció desnuda toda…
¡Oh pasión de mi vida, poesía
desnuda, mía para siempre!
Enhorabuena, Loli.
Aunque la poesía es un placer intelectual, si además contiene un elemento musical, como puede ser el ritmo o la rima, puede tener un componente de placer «sensorial» añadido. Seguro que tus alumnos lo experimentarán en el futuro con tu ayuda, y la lectura de poemas como los de José Hierro y Juan Ramón.
¡Gracias Angel!
La poesía es de lo más difícil de apreciar en otro idioma. Pero no siempre. Como dices existe un elemento musical «internacional», y hay poemas que nos conmueven por su sencillez, y a veces todavía más si hemos hecho el esfuerzo extra de descifrar el código. A mí me pasó con el famosísimo Itaca, de Kavafis, leído en la lengua del poeta.
Sencillamente me parecen geniales, al igual que la profesora! Dan ganas de empezar a estudiar otro idioma, con esta nueva escuela parece fácil. Estoy esperando el siguiente reto, seguro que me encantará.
Primero quería decir que con Loli uno aprende montón de cosas!!! :)
En cuanto a los poemas, a veces en otro idioma es más fácil «expresarse», «contar» todo to lo que hay ahί dentro, pero estos poemas son algo más… versos como «nunca pierdo mi fe, nunca pido siempre doy y la verdad está en los sentidos» seguro que tienen algo que «enseñar» a todos nosotros… ΜΠΡΑΒΟ!