Responsabilidad y culpa

Al salir de la reunión, uno se me acercó y me dijo «Es que estabais hablado en marcos distintos. En este país seguimos anclados en esa tradición cristiana. Tú hablabas de responsabilidad objetiva, que es un concepto jurídico, organizativo. Ellos de culpa, que es un concepto moral, arcaico y caduco».

Efectivamente y sí. Ése había sido el problema.

La culpa está relacionada con el juicio moral. Con el quién cometió la negligencia o quién eligió hacer el mal a sabiendas.

La responsabilidad, sin embargo, es del tamaño exacto del poder. Está relacionada con reconocer las consecuencias de lo ocurrido en nuestro ámbito de decisión. Bien entendido, en la decisiones que tomamos u omitimos tomar cuando estábamos capacitados para ello.  Da igual que estemos hablando de un estado, una organización o, simplemente, de nuestros propios actos.

Y no puede delegarse. Por eso existe el concepto de «responsabilidad objetiva«.

Por responsabilidad dimiten los políticos dignos (sí, hay lugares en los que existen) incluso siendo ignorantes de determinadas irregularidades. Sólo por el hecho de reconocer que escapaban, sin que debiera ser así, a su conocimiento o control. No tenían la culpa, pero sí la responsabilidad.

Creo que gran parte del desgaste que suponen los debates públicos viene de ahí. Mezclamos constantemente responsabilidad con culpa sin el menor criterio.

Supongamos una situación injusta. Un tipo de abuso cualquiera. Hay tantos… En el debate en la calle, uno de los recursos habituales es «reclamar a los poderes públicos más control/presupuesto». Acusar, también casi siempre, a los poderes privados de anteponer el beneficio a la responsabilidad. Y ellos, por su parte, bien seguro nos recordarán que sólo se encargan satisfacer nuestras demandas de consumo.13707798_10207107879831508_3579783952424341107_n

Y no es incorrecto. Pero de la construcción de lo público siempre tenemos que participar todos los involucrados. Simplificando: los particulares, las instituciones y lo privado. Cada uno con su responsabilidad bien definida y sin excusas. Tú y yo también.

Que nadie se sienta acusado. Seguramente no tenemos la culpa de casi nada de lo que sucede.  El tablero estaba así cuando llegamos, no sabemos quién ha empezado la partida, no hemos elegido las reglas y, qué carajo, ni siquiera nos ha preguntado nadie si queríamos jugar.

Pero la responsabilidad que nos toca, es inexcusable.

Porque ¿cómo era aquello de la libertad y todo eso?

10 comentarios en “Responsabilidad y culpa

  1. Exactamente. Qué mal se entiende el concepto de responsabilidad, tanto en lo público como en lo privado. Lo de la culpa, especialmente si se la tenemos que echar a otros, lo vemos enseguida.

  2. Casi de acuerdo, la asunción de responsabilidades debe ser acorde al tamaño del problema causado y/o del que potencialmente podría causar. Y por supuesto, ligado al poder ejercido, privado o público. Creo que el responsable objetivo ya decidió dejar de plantar arboles, sin que nadie le conminara a ello. Bastante por encima del nivel ético medio.

      1. El tamaño de la responsabilidad acorde a las consecuencias (o consecuencias potenciales). Por ejemplo un conductor de autobus, sabiendo que no estaba en condiciones de conducir, se queda dormido y da un bandazo saliendose de la carretera. No hay heridos pero podía haber muerto gente, por eso amplio (y no tengo claro cuanto) la responsabilidad desde las consecuencias hacia las consecuencias potenciales. Si ese conductor es además un concejal, debería dimitir de ese cargo? Por otro lado, si es instructor de seguridad vial, debiera dimitir? A eso me refiero con «ligado al poder ejercido».

        Por último, donde está la responsabilidad del que exige responsabilidades sin que en realidad haya ninguna atribuible? ;)

    1. Fantástico, Miguel. «Reprochabilidad personal de la conducta antijurídica», me hubiera encantado meterlo en el post. :D

      Aunque yo, en este caso, hablaba más de la culpa en un sentido judeocristiano, moral o de reñir muy fuerte. :)

      Y la responsabilidad como algo más de actitud personal de «asumir» lo que la propia libertad o el propio poder traen consigo. A veces tengo la sensación de que nos gusta mucho decidir o mandar y poco responsabilizarnos. Cuando son lo mismo. El «debe» y el «haber» de la contabilidad de nuestros actos. ;)

  3. Muchas veces no tenemos claro qué significa el término responsabilidad para con nosotros mismos, como para saber qué puede implicar hacia afuera :)

    Hay también mucha confusión con que la responsabilidad tiene que ver principalmente con obligación… y de ahí a la culpa, corto es el paso, creo yo.

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