Ya no merece la pena hacer el esfuerzo de meter un soneto en 160 caracteres. Porque el WhatsApp se ha comido al SMS.
Diréis, con razón, que ¿qué más da que sea en WhatsApp? Son las palabras. La poesía son siempre las palabras. Pero también es verdad que, cambiando el medio, cambian algunas normas o, al menos, las condiciones de contorno.
Porque en un grupo de WhatsApp uno tiene que escribir en una cantidad de tiempo incierta. Casi siempre escasa. ¿Minutos? Tal vez segundos. Para que a la gente no le dé tiempo a contestar, cambiar de tema y se pierda «el momento». Como en los chistes, es cuestión de tempo. O como eso de capturar el instante del haiku, pero con el estrés tecnológico actual.
Cuando lo he intentado, el resultado ha sido… eh… chocante. :D
Así que hacemos un juego. Os pongo primero los poemas, y luego os digo de donde salen. ¿Ok?
Pongamos que uno ha escrito esto para el WhatsApp:
Mas
____ la tierra
______ creciente
__luna ____ indígena
La muerte calla
como el simio
El ímpetu y la pausa
_____ alternados
en santos o demonios
Y montones de mierda
_______________ indígena
Como dirían los gandules, ¡inesperado final! ¡Inquietante! :D
¿Adivináis de dónde viene? Pues pasad la imagen para descubrirlo.
Otra más. Un soneto con título y todo.
O.D.A. a mi ex
Ay, Manolo, mi Manolo
desde que te abandonaste
has llevao todo al desgaste
…y ya no eres un pipiolo
Ya no quiero quien me lastre,
quien me siga en automóvil.
Pero amenazas al móvil…
¡Ésa noche te pasaste!
A ver si te entra en el bolo
y que con una vez baste
no voy a quedarme inmóvil:
Previo al delito, sin móvil,
y mandar mi vida al traste
vete allá de mi chabolo.
¿Y este viene de…?
Y, como bonus track… una centuria al estilo de Nostradamus. Bueno, qué coño «al estilo», si digo que es la 74, ¿alguien me va a llevar la contraria? Los periodistas no, desde luego. :D
Esto sí que es divertido, en el sentido de lo diverso.