Después de mostrar las reglas del juego y el tablero, toca comentar las últimas jugadas.
Ruptura del equilibrio
Tras varias legislaturas en las que la ciudadanía se iba sintiendo progresivamente más desvinculada, más descreída y más harta, ocurrió lo que tenía que ocurrir. Que los movimientos sociales se hicieron fuertes, el 15M marcó un hito de comienzo que evolucionó en un sinfín de iniciativas ciudadanas de las que la pieza cristalizada más visible es el partido político Podemos.
Al vendedor de helados de la izquierda, le ha salido otro carrito mucho más a la izquierda (¡con lo que les había costado desembarazarse de IU!).
Sin embargo, el PP, ha vivido muy cómodo sin un verdadero rival en la derecha. Y esto es hecho curioso, diferencial. En toda Europa, los partidos de la derecha normalmente se han dividido en dos grandes líneas: los liberales -desde un punto de vista económico, a favor del libre mercado y escasa participación del Estado- y los conservadores -más desde un punto de vista de la moral y la tradición cristiana-. Suelen ser ideologías que se llevan bien, pero el caso de España, en el que un único partido monolítico englobara, de facto, casi todas las facciones de la derecha es algo, cuando menos, inusual. UPyD nunca resultó una alternativa potente y partidos como VOX tienen un mercado demasiado reducido.
Hasta luego llegó Ciudadanos. Y plantó un nuevo carrito de helado. Esta vez a la derecha.
Que es el verdadero motivo por el que comencé a escribir estas entradas.
Estas elecciones
Hasta hace un tiempo era de los que creía que Ciudadanos era la «marca blanca» del PP, apoyado por ellos. Un partido de derechas, liberal económico, con gente nueva y, por lo tanto, de imagen «limpia» en lo que se refiere a corrupción. Un partido que recogiera los votos de los desencantados del PP o del bipartidismo, que buscaran algún tipo de cambio, pero sin sentirse tan perroflautas como para votar «al coletas». Pero, sobre todo, un partido con el que podían pactar cómodamente.
Ahora, sin embargo, creo que quien está detrás de Ciudadanos, al menos en parte, es el PSOE. Bien pensado, son los mayores beneficiados de su irrupción en escena:
- Porque le interesa dividir al máximo el voto de la derecha. Por las reglas del juego, sabemos que dos partidos con 5 millones de votantes, suman muchos menos escaños que un partido con 10. Incluso que uno con 9 u 8, seguramente.
- Porque parte del electorado que hubiese votado al PP como castigo al PSOE, aun a sabiendas de que no era realmente «su casa», van a tener una alternativa diferente.
- Porque la gente que quiere votar contra el bipartidismo no se va aglutinar única y exclusivamente en Podemos.
- Porque también el PSOE puede pactar con Ciudadanos. Al menos, de una manera mucho más cómoda que con Podemos.
¿Y tiene sentido que lo hayan hecho? Siendo sinceros, he estado buscando una entrada que leí hace unas semanas sobre los resultados de las diferentes casas demoscópicas antes y después de pasar por la cocina que podían indicar esto. Pero ha desaparecido todo rastro o yo no lo sé encontrar. ¿Estarían bien hechos esos cálculos? No he podido comprobarlo.
En cualquier caso, y sin llegar tan lejos, medios como El País han dedicado editoriales casi diría que entusiastas con esta «tercera vía», alternativa a la vía alternativa que se estaba abriendo con Podemos.
¿Qué ocurrirá a partir de aquí?
Pues pueden pasar muchas cosas. Pero hablar de eso, ya sería actualidad, ¿no?
Mejor os lo dejo a vosotros.
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PD: Lo que ya no me queda nada claro, es qué pasará en el fútbol con todo ésto. :)