Quien ha querido comprobarlo, ya lo sabe. No es cierto que el gran Groucho pusiera en su lápida aquello de «Disculpe señora que no me levante«.
Y, sin embargo, cómo nos gustaba pensarlo. El desafío último del cómico: reírse de su propia muerte. ¡Toma ya! Pues no.
Pero otros sí lo han hecho:
Y otros más, por amistad, han colaborado en hacerlo. Por ejemplo, en el funeral de Graham Chapman, miembro de los Monty Python. Seguro que le hubiese encantado aquello (si no lo has visto, te recomiendo ver antes el sketch del «loro muerto«, por alusiones):
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=r1Wwn0E6oik]
Pero no hay nada innovador cuando de lo que se habla es algo esencialmente humano -como lo son el humor y la muerte-. Siempre aportamos sobre lo anterior. De hecho, algunas culturas lo han hecho desde tiempo inmemorial.
Por ejemplo, en la mayoría de las culturas nativas de Norteamérica (y en muchas otras) existía un rol conocido como el «Payaso Sagrado«. Un personaje de características cuasi-religiosas basado, precisamente, en el reírse de todo. En no tomarse nada en serio. Hasta las últimas consecuencias.
Traigo de nuevo a Allan Chinen para poner un caso (cito):
(…) los payasos hopis hacen cosas escandalosas en las ceremonias religiosas. Habitualmente aparecen de repente saltandeo desde altos edificios y después parodian a los sacerdotes y a los responsables tribales. Los payasos se burlan en las bodas y en los funerales y se toman a la ligera el amor y la muerta para impedir que las personas se tomen muy en serio los temas religiosos, o la misma vida. Este payaso hope en concreto era altamente respetado entre su pueblo; cuando murió, su tribu se reunió para presentarle sus respetos. Ante el horror de todo el mundo, sus amigos más íntimos subieron al tejado de un alto edificio ¡y lo arrojaron al suelo! El payaso había dispuesto de antemano ese horripilante rito para burlarse de su funeral y aparecer por última vez como suelen hacerlo los payasos sagrados, saltando desde lo alto de los tejados e interrumpiendo los rituales solemnes. Convirtió su funeral en una comedia salvaje y escandalizó a todo el mundo.
Ayer, a través de twitter, Sir Terry Pratchett se nos despidió de esa manera. Con un último mensaje que es una autorreferencia a su propia obra, a su personificación de la muerte, ésa que habla en mayúsculas:
Y estas cosas, hay que agradecerlas.
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