Vikramāditya y el Vetal – Tercer relato

Cuando el demonio termina su segundo relato, el rey Vikram reflexiona, esta vez largo rato, pero finalmente llega a una conclusión. El ladrón llora, conmovido por el amor de una muchacha dispuesta a sacrificarse por él. Una forma de entrega que él nunca podría compensar ni remotamente. Entonces, al darse cuenta de que no había conocido algo así hasta el mismo día de su muerte, le resultó un destino tan absurdo que sólo pudo reír.

El vetal profiere entonces una sonora carcajada y vuela de entre los brazos de Vikram hasta el árbol del ahorcado.

El rey aprieta los dientes y se dirige a lo alto de la colina, dispuesto a recomenzar su tarea.

Una y otra vez, durante aquella noche, Vikram recoge el cadáver del árbol y, una y otra vez, el demonio le presenta acertijos que desafían su conocimiento y su juicio. Per éste siempre acierta a dar una respuesta.

Finalmente, el vetal cambia su discurso. La noche ya no es joven, sabio Rey. Así que déjame que te plantee una última adivinanza.

http://www.flickr.com/photos/isolano/444211419/

«En aquel tiempo, un rey viudo y su joven hijo partieron de caza y, una vez en el bosque, encontraron el rastro de unas huellas humanas de distintos tamaños, siendo unas mucho más grandes que las otras. Como expertos montaraces que eran, dedujeron que aquellas pisadas correspondían a dos mujeres. Probablemente, una madre y una hija huyendo apresuradamente por alguna razón. El padre y el hijo se lanzaron en su búsqueda y acordaron que, si las encontraban, les propondrían matrimonio. El Rey se casaría con la madre, la de las huellas grandes y el hijo con la de las huellas pequeñas, es decir, la hija.

Tras unos días de búsqueda, por fin las encontraron. Efectivamente, se trataban de una Reina, viuda, y de su hija que escapaban  de la invasión de su país. El Rey y su hijo les ofrecieron refugio en su propio reino y, finalmente, les ofrecieron matrimonio.

Ocurrió, sin embargo, que en realidad, era la Reina la que tenía los pies pequeños y la hija la que los tenía grandes. Pero el Rey y su hijo mantuvieron lo acordado, por lo que el príncipe se casó con la Reina y el Rey con la princesa.

Al cabo de un año, cada una de las dos mujeres habían concebido y dado a luz a un hijo.

¿Y, cual, mi querido Rey Vikram, es la relación de familia que estos dos niños mantienen entre sí?»

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(Serie de relatos completa)

10 comentarios en “Vikramāditya y el Vetal – Tercer relato

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