Los peligros de estudiar álgebra

Un día, el profesor de álgebra nos contó una anécdota de cuando él mismo estudiaba. Durante una clase, mientras copiaba uno de los pasos de una demostración, escribe «<expresión matemática 1> y, como es evidente, llegamos a <expresión matemática 2>.

Un atento estudiante de la primera fila levanta la mano. «Perdone, usted dice que es evidente, pero… yo no lo veo». El profesor mira lo que acaba de escribir. Se queda en silencio unos segundos y tiene que reconocer que él tampoco lo ve. «Discúlpenme un momento», dice, y se va del aula.

Los alumnos se quedan entre divertidos y desconcertados unos diez minutos. Finalmente, el profesor vuelve. Con una sonrisa les dice: «Es evidente«. Y continúa con la demostración.

Pero tenía razón.

Que algo sea evidente, en ese contexto, significa que no hay pasos intermedios. Que de lo uno se deduce lo otro. No significa que sea fácil, ni obvio para todo el mundo. Sencillamente, es así.

Esto es sólo un ejemplo de los peligros que conlleva estudiar demasiadas matemáticas. A través de la pura lógica, incluso la belleza, de las ecuaciones y las abstracciones formales, uno puede convertirse en un auténtico inadaptado social.

El álgebra fue, probablemente, la asignatura que más esfuerzo me llevó aprobar. También la que me imprimió un cambio más profundo en mi manera de ser y razonar. Creo que por eso es de las cosas que mejor aprendí en la carrera.

Recuerdo cuando estaba en uno de aquellos procesos de inmersión completa durante una época de exámenes. Cuando vivía en las ecuaciones desde la mañana hasta la noche. Cuando mis amigos me decían que hablaba «raro» por lo «extremadamente lógico de mis argumentos». Un día me encontré con una pintada en la pared: «Dispersión = Vulneración de los derechos humanos».

Estoy seguro de que, ante esa pintada, reivindicativa de la situación de los presos de ETA, cualquier persona tiene una reacción meramente emocional. Según su ideología, hará un juicio moral en un sentido u otro. Seguramente, además, para cabrearle.

No fue mi caso. Lo único que yo pensé fue: «Incorrecto. En todo caso, es un contenido estricto. No están doblemente contenidos. Por tanto, no es una igualdad«.

Sí, estaba enfermo.

7 comentarios en “Los peligros de estudiar álgebra

  1. Zuriñe, Zeberio (me acabo de dar cuenta que entre vosotros dos se consigue una Z^4!!):
    El ser riguroso puede ser una enfermedad. El no serlo entraña otros peligros. Estuve pensando en escribir un «Los peligros de no estudiar álgebra», pero creo que no será en seguida.

    Someone:
    Supongo que el sistema nunca resarce en ese sentido. A todo a lo que se puede aspirar es a relacionarse con gente como uno. Algo así como un infierno en la tierra, lo sé. ;)

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