Julian Assange, el último avatar de Prometeo

Uno de los motivos por los que esta página se llama «El lento ahora» es porque nunca hablo de las noticias del día. Intento que mis posts no tengan fecha de caducidad. No perder el culo corriendo detrás del último acontecimiento descontextualizado al que solemos llamar «actualidad» y, si hay que hablar de lo presente, que sea dando un paso más atrás, más lejano, más arriba para tratar de ver las cosas con perspectiva.

Pero no me resisto. Llevo unos días cada vez más fascinado con el fenómeno de Wikileaks, personalizado (las normas de la actualidad obligan siempre a poner rostros a los principios, y juzgarlos a ellos en lugar de sus ideas) en la figura de Julian Assange. Un hacker de la vieja escuela, poseedor de un conocimiento avanzado sobre las tecnologías de la información y un desarraigado. Su gran obra ha sido, «sencillamente», dar las herramientas para garantizar el anonimato de todos aquellos con información privilegiada y que quisieran -seguramente por rabia y por principios- darla a conocer.

Aquí hay un vídeo estupendo, con sus subtítulos en castellano activables (botón de «show subtitles») en el que es entrevistado en las charlas de TED, en el que cuenta cómo lo han hecho:


Cuando lo escucho no puedo evitar pensar en que Assange es el último avatar de Prometeo. El Titán de la mitología griega que robó el fuego de los dioses para dárselo a los humanos. El mismo que acabó atado un árbol para que cada noche un águila le devorara el hígado, que le volvía a crecer al día siguiente.

Prometeo es una encarnación del arquetipo del Tramposo, como lo son LokiSeth y, tal vez paradójicamente, Jesus de Nazaret. El maestro del juego y del engaño. Capaz de ridiculizar los poderes establecidos y los valores «nobles», patriarcales, rectos. Pero que, simultáneamente, es el protector de la civilización humana. Los tramposos pueden obtener victorias parciales en ocasiones. Pero casi nunca es en combate honrado, sino a través del engaño …o el sacrificio.

Como no podía ser de otra manera, ya están los que reclaman la cabeza de Assange. El acoso al que está siendo ahora sometido no es propio de los valores que pregonan los órdenes establecidos (os recomiendo encarecidamente el artículo de Pepe Cervera al respecto, o el de Antonio Pérez). Por supuesto, también se están dando algunas movilizaciones en su favor. Aunque muchas sean de esas tan tristes, de las de hacer click desde el sofá con el portátil en las rodillas.

No tengo ni idea de cuántos giros argumentales le quedan a la historia de Assange. Pero estoy seguro de que terminará mal, muy mal, para él. Seguramente, hasta muchos de los que hoy le aplauden renieguen de él -o de sus restos-.

Luego vendrá Hollywood, a contarnos su historia-muy-polémica (la de siempre, la de hacer caja), en la que Assange-Prometeo, será un Assange-Hércules. Un héroe patriarcal de firmes principios democráticos, que habrá arreglado lo importante. Y ya no tendremos que preocuparnos por nada diferente a mantener lo que ya está.

Mientras tanto, los humanos, seguiremos esperando al siguiente Julian que venga a robar para nosotros algo del fuego de los dioses.

7 comentarios en “Julian Assange, el último avatar de Prometeo

  1. Bienvenidos a «un mundo feliz»…

    En desconexión de los medios de comunicación oficiales y no oficiales, no estaba siguiendo este tema tal y como se lo merece, y la verdad, basta con empezar a leer o escuchar un poco para flipar en colores.

    Por un lado, me parecen geniales los artículos de Pepe Cervera y Antonio Pérez. Aunque casi más que geniales, diría necesarios. Me tranquiliza ver que todavía existe gente así. Pero he de decir que me resulta un poco «naïf» la percepción que Pepe Cervera pone ante la mesa, la duda que ahora le comienza a asaltar de que lo que vivimos como democracia, libertad, etc. quizás no lo sea tanto.

    Resulta alucinante que haga falta un electroshock (como bien dice Antonio Pérez) de este tipo, que alguien se juegue el cuello de esta manera, para que empecemos a despertar.

    Yo no voy a entrar a juzgar por un lado si son ciertas o no las publicaciones, pero es que no hace falta desviar hacia ahí la vista. Maldita sea, no nos despistemos. O mejor dicho, que no nos despisten. Lo que realmente nos debiera importar como ciudadanos «libres» es la reacción y formar de actuar de nuestros representantes legales, del sistema, supuestamente democrático.

    Es alucinante que estén pidiendo su cabeza, que representantes oficiales pidan su muerte, ejecución de toda la plantilla de Wikileaks, etc. (http://es.wikipedia.org/wiki/Julian_Assange). Pobre Sarah Palin que en Alaska ya tiene erradicada la pena de muerte. Lo mismo para Tom Flanagan y Canadá (http://es.wikipedia.org/wiki/Pena_de_muerte).

    Tampoco voy a entrar a opinar sobre el tema de las acusaciones en Suecia. Sería discutible, sí, pero es que me parece mucho, muchíiiisimo más serio que de repente se haga un boicot por parte de empresas privadas, que se haga una caza de brujas. ¿Acaso por ejemplo Visa me ha preguntado como cliente si estoy de acuerdo con que se esté metiendo en el terreno político de acoso a Wikileaks? A mí me indigna, yo no le pago para eso, no es su terreno.

    Es que da miedo, a mí me da miedo. El problema no es Julian Assange. Todo personaje es discutible, y seguramente no sea Don Perfecto ni completamente legal en toda su conducta. Una vez acaben con él de una u otra manera, ¿qué? ¿Tendrán todavía argumentos para atacar la revelación de datos, el principio en sí de lo que estaba haciendo, no el personaje? Quiero decir, vale, muchos gobiernos y medios de comunicación Julian Assange lo describen casi como un monstruo. Pero una vez pase Julian Assange, ¿qué tendrán que decir?

    El problema es que cruzada la línea (retomo a Pepe Cervera), puede ser cruzada para cualquiera. Y toda esta polémica no es sino la constatación a lo grande y de forma internacional de que así es. Pero tampoco hacía falta ir tan lejos para darse cuenta. En el día a día, AQUÍ, también pasa. Y más en un país con tan poca masa crítica como el nuestro. Lo siento, pero no me discutiréis que falta masa crítica de forma masiva y organizada o que se le oiga de forma clara.

    No miremos a EEUU como el gran matón del patio de colegio. Es que aquí, en casa, también hay cosas que barrer. ¿Cómo puede ser que muchos representantes políticos cometan delitos, que roben el dinero de todos nosotros, se rían a nuestra cara, queden impunes y nunca lo devuelvan? Lo peor de todo, ¿cómo es que nadie se levanta ante esto?

    ¿Cómo puedo aceptar democráticamente en mis principios que retengan a alguien en la cárcel sin un juicio durante años sólo porque se le supone un determinado tipo de delito? ¿Dónde está el sistema legal ahí para mantener un orden? Si alguien ha cometido un delito, que lo juzguen cuanto antes y punto. ¿Cómo puede ser que aceptemos estas excepciones sobre la base de que el delito del que supuestamente le acusan es aberrante y una lacra social? ¿El sistema está o no está para todos? ¿Quién marcará entonces la línea de las excepciones?

    Hay impunidad, abuso de poder, etc. etc. Y el que mientras no me salpique no pasa nada no es una solución… Porque mañana puedes ser tú o puedo ser yo… valdrá cualquier excusa. Eso, eso es totalitarismo…

  2. He leído tu post mientras escuchaba a Nicolas de Santis justificar los nuevos logo y tipografía de PRISA. Toda la campaña se funda en un concepto lamentable, al menos para el ciudadano: «la economía de la atención». La forma en lo que lo explicaba el publicista resultaba elegante en la superficie y cruel en el fondo. ¿Llegaste a conocer «EL PAÍS en sus buenos tiempos? Si ahora lees la primera página de ELPAIS.COM no puedes saber qué es más importante la forma en la que la política exterior española ha sido controlada por los EEUU o si Rubalcaba es un hombre muy simpático. El logo éste y la miserable idea de la economía de la atención me hace pensar en miles de mensajeros de Prometeo portadores de pequeñas antorchas de poco brillo. No se trata sólo de vislumbrar a un nuevo Prometeo. Se trata también de narrarlo adecuadamente.

    Assanage va a necesitar algo más que comprensión lectora.

    Saludos,

  3. Me ha encantado leer ese último artículo que has puesto, Passy.

    Necesitaba algo de ese estilo. En realidad, siempre existe la duda. Uno se puede sentir como el «the prisioner» de la serie de los 70, sin saber si todo esto no será más que otra maniobra para esconder otras maniobras…

    Y puede tener mucha razón en muchas cosas.

    Sin embargo contestaría en dos puntos lo escribió:
    1) Sobre su argumentación al respecto de «¿Si el poder no es legítimo que legitimidad le correspondería a quienes difunden el mensaje de una fuente ilegítima?» a la que tanto peso le da, la respuesta es evidente. Esa fuente, el poder, no es legítima por su nula transparencia, por utilizar la información de forma privilegiada, por el hecho de que lo que wikileaks muestra NO ES UN MENSAJE PUBLICO, sino informaciones internas.
    2) La estructura de la organización creo que está perfectamente justificada en su contexto. No me parece razonable pedir a un grupo de activistas cuyo objetivo es liberar secretos de estado que se muestren tan abiertos. En realidad, yo tengo mis dudas de que Assange sea realmente el verdadero número 1 de la organización, la cabeza pensante.

    Todo lo demás entra en el campo de lo probable. De hecho, el que haya una «cabeza visible», una cara, al igual que la hubo con Obama, estoy de acuerdo en que es muy «media». Se parece sospechosamente a esas premisas de los medios de comunicación norteamericanos. A través de las historias y los personajes se llega más al público que con los datos y los números…

    ¿Alguna vez llegaremos a enterarnos de algo?…

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