Lo sostengo aún.

Aquello de que, si aceptamos que una de las formas predominantes que tenemos para identificarnos con determinados sentimientos, vernos expresados y ser educados emocionalmente son las canciones que escuchamos, entonces es evidente que sufrimos graves carencias.

Hace poco comentaba un amigo nuevo lo escasos que eran los temas en los que se mostraban relaciones de pareja sanas, de acompañamiento y enriquecimiento mutuo. Sin dependencias alienantes, sin dramas innecesarios, sin ficciones.

Entonces llamo a Maite.

Maite sabe mucho de relaciones rotas. Por dos motivos. Uno es que ha pasado muchos años trabajando de mediadora, ayudando a parejas que ya no pueden arreglar lo suyo, pero tratando de alcanzar entendimientos. Intentando evitar ese último fracaso en la comunicación que es el juzgado. El otro es porque es sabia.

“Es normal”, me dice con su voz en cursiva*, “porque, ¿quien nos ha enseñado a tratarnos bien? ¿Alguna vez te han enseñado en tu vida a qué hacer cuándo alguien se enfada contigo? Es un poco como escribir poesía. Lo aprende el que tiene interés. El que se muestra abierto a revisarse. Pero hay mucha gente que no se ha puesto a ello nunca”.

La idea está clara. ¿Por qué no hacemos un recorrido por este tipo de canciones, de sentimientos, propios de parejas que ya están rotas y, sin embargo, siguen?

Hablamos la tarde entera. Durante un buen rato, también está Zuriñe ahí, aportando. Y nos lo pasamos estupendo. Tanto, que el material resultante da para mucho más que un post. Así que he pensado hacer una serie de pequeñas entradas con canciones de estas durante un tiempo -intentaré que una a la semana, sin perjuicio de otros textos-. Un video, una letra, unas pinceladas.

La primera viene dada. Al principio fue Luz.

1.- Luz Casal – Y no me importa nada (Letra)

L: Recuerdo la primera vez que me paré a escuchar de verdad esta letra. Tal vez porque iba conduciendo, muy lejos y muy solo. Me llamó muchísimo la atención que alguien se atreviera a cantar algo así. Si Luz tenía pareja en el momento de escribirla, seguro que tuvo que dar unas cuantas explicaciones.**

Porque, ¿qué hace en una relación con alguien que le hace sentir así? ¿Qué pretende? No puede ser inconsciencia. El texto es demasiado lúcido. Así que, ¿qué puede llevar a una pareja a estar en ese estado y continuar? En ese sentido, desde ése «algo más» que no veo, me parece literatura de la buena.

M: A mí me cuesta creer esa imagen un poco femme fatal, de estratega de la seducción. Es posible que esté enamorada hasta las trancas o que tenga una relación de codependencia, de dependo-de-tu -dependencia-hacia-mí.

Z: O, simplemente, porque dejarlo es lo más difícil. A veces hay nexos muy jodidos de romper. Cuando, en un momento dado hay curro, niños, familia, relaciones sociales…

M: Eso es. Por sus palabras, parece muy chulita, pero debe de sufrir casi más que Marta Sánchez en la de «soy yo la que sigue aquí«. En ese caso, al menos, el drama tiene algo de comedia. Ese momento de la borrachera en la que te vienes arriba, y luego a las ocho de la mañana, el rimel corrido, el dolor de cabeza y el «nadie me quiere …¡y no me extraña!» jajaja…

Pero Luz ni siquiera tiene eso.

********De la serie»Relaciones jodidas que no se sabe ni por qué aguantan«********

* Porque Maite, en este blog, habla en cursiva.

** Y sí, por supuesto, el narrador es un personaje más. Y Luz puede muy bien haber creado el perfil que le haya apetecido, y no estar hablando de ella, ni de aquel momento. Pero en los cantantes parece que librarse de esa identificación con sus personajes es más complicado que en los escritores. Todavía.