Me alucina esta historia.
A ver, vayamos por partes.
Este señor, a mi izquierda, se llamaba César Vallejo.
Peruano, de principios del siglo XX, un poeta de los más famosos.
Para ser poeta, quiero decir. No nos volvamos locos.
Igual a algunos os suena porque se recita un poema suyo antes de una canción de Silvio Rodriguez.
¿No? ¿Sí? Bueno, lo dicho, a algunos.
El poema aquel me impresionó bastante en la adolescencia.
Se titula «Masa». Y dice así:
MASA
Al fin de la batalla,
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: «¡No mueras, te amo tanto!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Se le acercaron dos y repitiéronle:
«¡No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
clamando «¡Tanto amor y no poder nada contra la muerte!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Le rodearon millones de individuos,
con un ruego común: «¡Quédate hermano!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Entonces todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado;
incorporóse lentamente,
abrazó al primer hombre; echóse a andar…
–
Aquí al otro lado, a mi derecha (que ironía), José Martí.
Otro poeta, esta vez cubano.
Si habéis estado allí, es muy probable que os suene. Fundador del Partido Revolucionario Cubano. Fidel y compañía lo ensalzaron mucho.
Este señor escribió algo que a mí me parece una especie de continuación, o de precuela, o de revisión del poema de arriba.
Igual son cosas mías. Pero echadle un ojo y decidme si no hay una relación evidente entre ambos textos.
No tiene título, dice:
¡Después de esto, voler a la vida diaria!
Y se saltó de un balazo el cráneo.
Comenzaron entonces a clamar todos los que necesitan del hombre.
Pasó la humanidad y lo maldijo.
¡Oh poeta! ¡Ahora, quién echará aceite en la lámpara!
¡Oh sufridor! ¡Ahora quién abonará por el olvido de los torpes y de los indiferentes!
En la vida, es necesario que unos se consuman en beneficio de los otros.
¡Oyó: se levantó dolorosamente: compuso los huesos rotos de su cráneo, y siguió andando!
Y ahora va cuando la matan…
Alguno lo ha sospechado al ver las fotos pero si no os lo digo ahora: José Martí es bastante anterior a Cesar Vallejo. Murió en 01895. Cesar Vallejo escribió Masa en la década de 01930. Pero…
no podía conocer el texto de José Martí. Porque no se publicó nunca, era sólo un apunte.
Estos dos debían de tener alguna especie de conexión mental rara. Ya que, por lo visto, este no es el único caso. No conozco muchos detalles, pero hay un par de libros con ejemplos por ahí que hablan de esa profecía de uno que era el otro, o al revés.