Lo bueno de los premios literarios es que tienen fechas tope de entrega. Así acaba uno las cosas. Lo bueno de comprometerse con un blog es que se escribe con frecuencia. Así no se pierde continuidad.

El problema, en ambos casos, es la prisa. Que se lleva mal con la calidad. Y, al final, la calidad es lo único que cuenta. Pero ése es otro tema.

El caso es que hace un tiempo decidí alinear ambos esfuerzos. Intentar escribir posts -algunos- que pudieran encuadrarse dentro de proyectos más grandes para ir avanzándolos poco a poco. Así me he ido haciendo con varias series de poemas con aspectos en común. De vez en cuando publico alguno (con un nivel de madurez mejorable) en forma de post, con la intención de convertirlos en poemarios cuando haya suficiente cantidad …y una fecha tope. Como las que dan los concursos. Como uno que tengo en mente.

Ahora llevo un par de semanas trabajando en una de estas recopilaciones. Concretamente la de «Dentro de tu cabeza» de la que, tal vez, recordéis cosas. El trabajo está siendo reunirlos, darles estructura y coherencia como poemario completo. Mejorar, tanto como pueda, la calidad completa. Le estoy dedicando las horas y, la verdad, algunos textos están quedado bien distintos.

Lo publicaré aquí la semana que viene. Pero para no dejar desatendido el blog tanto tiempo, os dejo ahí el poema que he escrito como presentación al poemario.

A modo de «declaración de intenciones».

Eres mi Público Objetivo

Te escuchas hablar ahí dentro.

Algunas veces,

hablas escándalos.

Si te oyeran, no podrían quererte.

¿Cómo amar a ese ser desaprendido, de apetencias animales? A esa ratilla angustiada.

O la crueldad.

Los demás, en tu mente, conforman un espejo despiadado. Sin soledad ni intimidad que te sosiegue. Vale más hacer como si no. Mirar para otro lado. Si no sabes acallarte, al menos, no atender.

Para no reconocer la soledad en esta anomalía

de ser tú.