Ha tenido su gracia…
Ayer, un colega, con toda su buena intención, porque le pareció interesante, publicó el post que había escrito en menéame. Concretamente en este sitio.
El número de visitas de mi modesto blog aumentó de manera espectacular (también es verdad que agosto ha sido el mes más flojo desde que empecé, pero aun así la imagen habla por si misma):
Y no, no es que a todo el mundo le diera por leer mi último poemario. Las cifras de a dónde iban:
….y de dónde venían:
…lo dicen absolutamente todo. La reflexión (o flipada, que dirían algunos) de ayer se ha convertido en la segunda página más vista de mi blog. (Tranquila Lola, sigues en cabeza ;) ).
En realidad, y aunque no es nada que no haya visto ya en otras tropecientas páginas, cuando lo vives en primera persona sigue sorprendiendo. Cómo hay quien se dedica a descalificar sin razonar lo más mínimo, las palmaditas en la espalda de otros, quien lo que quiere realmente es «hablar de su libro» y cómo luego se enzarzan unos con otros hasta desviarse por completo del tema de debate.
Es natural, lo sé.
Pero para lo que más me ha servido, es para ver cómo lee la gente lo que se publica en internet.
Normalmente, dedico mucho más tiempo a buscar referencias que apoyen lo que digo (estadísticas, noticias, artículos…) que a redactar. Pero lo cierto es que a penas se les presta atención a esos enlaces. Sirva esto como ejemplo, de las más de 350 visitas recibidas, aproximadamente 1 de cada 14 (el 7%) pinchó en el enlace más consultado (y es muy probable que fueran los mismos los que pincharon en alguno de los otros):
No es mucho, no.
Me hace pensar en aquellas recomendaciones que hacía rinzewind sobre cómo leer la prensa y la charla que les dio a unos alumnos al respecto.
No repetiré lo que ya se dijo, y muy bien dicho, en su momento. Que para eso están los links…