Una vez viví este diálogo:
– ¿Sabes quién es mengana?
– No me suena.
– Suele estar siempre por la biblioteca. Una rubita muy mona. Llama mucho la atención.
– Pues no caigo.
– Si fueras chico te hubieras fijado.
– No creas. Me hubiera fijado.
En aquel momento el oído me hizo click, pero no le presté más atención al detalle. Como los buenos narradores, esa chica que iba a terminar siendo mi amiga, me estaba anticipando información con una pista. Como yo no demostraba muchas luces, terminó siendo más explícita y me contó lo de su ex-novia.
Entonces me di cuenta de que al castellano (y a los demás idiomas que conozco) le hacían falta un par de palabras. Palabras que definieran a las personas únicamente por el sexo por el que se sienten atraídas, de forma independiente a si es el propio o el opuesto.
En el momento, recurrí a lo clásico, a lo griego, y decidí llamar ginéfilos a quienes se sienten atraídos por mujeres (es decir, los hombres heterosexuales, las mujeres lesbianas y todo bisexual) y andrófilos a quienes se sienten atraídos por hombres (es decir, los hombres homosexuales, las mujeres heterosexuales, y todo bisexual).
Cuando, pongamos, un periodista habla del icono que es George Clooney «para las mujeres» está cometiendo, al menos, dos errores. Por un lado, incluir a aquellas que no se sienten atraídas por hombres y, por otro, no incluir a los hombres que sí pueden sentir atraidos por él. ¿No es acaso mucho más fácil y correcto decir que George Clooney es un icono para andrófilos?
Hace un tiempo, le comenté la ocurrencia a otra amiga ginéfila, que la celebró mucho como idea aunque los términos le sonaban un poco rimbombantes. Y estoy de acuerdo, pero no encuentro un par de palabras enrolladas para decir lo mismo.
Pero estoy convencido de que si el concepto se hace popular (y en la era internet, eso es algo que puede pasar en dos semanas), la fértil imaginación del pueblo acabará encontrando la forma adecuada de decirlo.
¿Alguien propone?
Hay micrófonos abiertos en cada plaza. Pero también ahí abajo, en la zona comentarios. ;)
¿y por qué esa imperiosa necesidad del ser humano de clasificar todo y ponerle nombre? ¿por qué siempre esa dicotomía etiquetada?
Génesis 2:19
pero podría haber algo más que el blanco y el negro ¿no?… :(
lástima de colores…
Nadie dice que sean conceptos excluyentes. Ni entre si mismos (con lo que se abre la escala de los grises) ni ante otras variables. Al color se llega siempre por combinación de elementos básicos.
Siempre puedes proponer ampliaciones del modelo…
Toto te has pasado…
Citar la Biblia aquí, con estos temas…
Un saludo
Bueno, en realidad estaba respondiendo a la pregunta de por qué poner nombres y hacer clasificaciones. …y podía haberme puesto mucho más pedante, la verdad. ;)
De todas maneras, no tengo ni idea de quién eres.
Claro que esto: http://www.pyaray.com me ha reducido el círculo considerablemente.
Espero no tener que encomendarme a Arioch para averiguarlo. ;)
Je je je…
Suponía que no sabrías, así era más divertido… Digamos que estuvimos juntos en Valentuñana y allí fui testigo de algo…
Un saludo.
yo creo que con decir que tal o cual está muy bueno o muy buena arreglaría el problema, ¿no?
Las clasificaciones son una manera sutil de discriminación, o no tan sutil, la verdad. Y aunque discriminación es un término neutro, ya sabemos cómo suele acabar, ¿no?
Claro que discriminarse abiertamente como lesbiana, andrófilo o lo que sea, en ciertos contextos, no viene mal para tocarle los huevos u ovarios a ciertas mentes neandertales (testado y probado).
Me mola tu blog, que lo sepas.
Hombre, es cierto que esa es una solución muy funcional, Ana. ¡Pero a mí es que me gusta inventarme palabras, jos! ;)
Además, también es cierto que nuevas palabras implican nuevos conceptos y eso da profundidad y precisión al pensamiento.
Las clasificaciones son una parte esencial de nuestra manera de ver el mundo. Es más, una vez oí (y no fui capaz de retener al sabio que lo dijo) que «todo acto de inteligencia es comparar». Es una frase que cuanto más la pienso, más de acuerdo estoy con ella. Desde la metáfora a la creación de ecuaciones, todo es comparar. Y clasificar es comparar.
Que luego haya gente que discrimine basándose en ello… Creo que es solo un mal necesario. Especialmente en casos como este. Porque casi todo lo que tiene que ver con el sexo es muy potente emocionalmente. De ahí que la «voluntad de poder» de algunos se apoye en ello, generando inseguridades y normas morales en lo que es, sencillamente, selva.
…dios como me enrollo. Mejor escribo un día un post al respecto. Uno de esos que no lo lee nadie porque son un ladrillo. :P
Pyaray… me estás desconcertando montón…
valentuñana??? testigo????
sinceramente, se me está quedando el culo torcido! :/