Yo te maldigo

Dicen que los chinos, para maldecir a alguien, hacen uso de esta sutileza: «Que vivas tiempos interesantes».

Porque, y esto es algo que saben bien los creadores de historias, si hay algo que nos resulta interesante es el conflicto, el riesgo, la posibilidad de pérdida o el dolor.

Como frase, me parece brillante. Pero no deja de ser una simple venganza, un mal.

A mí, sin embargo, me gusta más maldecir de otra manera: «Te deseo consciencia».

Porque la consciencia, en estos casos, es el remordimiento y la culpa. Es el dolor por ser lo que se es, por haber hecho lo que se ha hecho. Desconfío de agentes externos cuando se trata de infligir castigos. ¿Hasta que punto se puede confiar en su mesura, adecuación, pedagogía o rigor de las instituciones? Mientras que la masa social sólo entiende de meros linchamientos o, tal vez, de deudas que no se terminan nunca de pagar.

(Dejando quieto aquí el ratón, aparece la transcripción al español)

El mecanismo interno del castigo, sin embargo, puede ser adaptativo. El riesgo de desproporción -por exceso o por defecto- existirá, sin duda. Pero, si la consciencia es plena, si existe verdadero conocimiento sobre lo que motivó las causas y desembocó en qué implicaciones; si se es sabio en eso -llamadme optimista- pero creo que, entonces, el castigo tendrá la medida justa de la culpa.

Pero más importante aún: dejará una puerta abierta a la evolución, la redención o la catarsis.

O, con palabras más llanas, a aprender.

Malditos todos.

Y cuanto antes.

7 comentarios en “Yo te maldigo

  1. Estoy de acuerdo contigo, en la sabiduría castellana se dice » en el pecado está la penitencia», porque si eres consciente del mal infringido, tu castigo está ahí, en tener que reflexionar y vivir con ello.
    Y sí, eres optimista, pero es que yo también lo soy ;)))
    Esa «consciencia» de la que hablas puede ser más dura que cualquier castigo…los castigos -en general- absuelven, la verdadera consciencia no es tan benevolente, no lo es, no es acomodaticia.
    Me gustó mucho!

    1. Fíjate que ese refrán lo utilizo a menudo, pero más en el sentido de «si eres tan idiota como para hacer esa maldad, pues te jodes o …ya te joderás». :D

      La consciencia puede no ser benevolente, pero sí puede ser un estímulo. Y por ahí va, ¿no? ;)

  2. inevitable sentirme reflejado en mi situación actual. Aunque en el ámbito laboral presumo que no existe otra consciencia que los intereses empresariales, no dejan de ser personas que, desde su puesto, causan daños a otras, y no me cabe la menor duda de que internamente, en los momentos de lucidez se revelan las realidades desnudas, y el tribunal de la consciencia emite su juicio.

    La sentencia propia que les enfrenta a las consecuencias de sus actos.

    1. Mmmmm… desconozco cual es tu situación actual, pero sospecho que hablas desde una perspectiva de «sobreexplotación» o algo así, ¿cierto?

      Sin duda, muchos de esos se justifican con todo aquello de «la banalidad del mal». (http://en.wikipedia.org/wiki/Hannah_Arendt#Eichmann_in_Jerusalem:_A_Report_on_the_Banality_of_Evil)

      Me impresionó mucho este documental (muy sesgado, pero muy interesante) que es «The Corporation». Si ves, por ejemplo, como hablan de la publicidad para niños, (arranca, más o menos aquí http://www.youtube.com/watch?v=s6zQO7JytzQ&t=1h7m ) hasta que termina un par de minutos más tarde diciendo: «A veces me preguntan si es ético. Y yo no sé si es ético pero si (blablablablá), entonces, habremos hecho nuestro trabajo».

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