El escudo y la lanza

Cuentan que hace siglos, en el antiguo país de Chu, llegó al mercado un comerciante de armas.

Primero mostró un escudo y dijo «Este es el escudo más resistente que jamás se ha construído. No existe nada en el mundo que pueda penetrar su superficie. Es el escudo que todo lo para«.

A continuación levantó una lanza y gritó «Y esta es la lanza más dura y afilada que pueda existir. Es capaz de atravesar absolutamente todos los materiales«.

Uno de los viandantes preguntó entonces «¿Y qué ocurre si lanzas esa lanza que todo lo atraviesa contra el escudo que todo lo para?«.

Y el comerciante no supo que contestar y se fue cabizbajo entre las burlas de la gente.

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Lo que pocos saben es que años después llegó otro hombre.

Al llegar a la plaza del mercado, baja de su caballo con muestras evidentes de debilidad. Parece no haber dormido en una cama desde hace mucho tiempo y lleva la desgracia en la mirada.

De sus alforjas saca un bulto. Extrae el contenido de una manta polvorienta y muestra un escudo y una lanza. «¿Querría alguien comprar el escudo y la lanza más resistentes de la tierra?«

Los paisanos se sonríen recordando lo que ocurrió con el primer comerciante. «¿Y cuánto de resistente es escudo?» «¿Y cómo de dura es esa lanza?» «¿Hay algo que pueda atravesar ese escudo? ¿Algo que no pueda penetrar la lanza?«.

El hombre, cabizbajo, sencillamente asiente. «Así es. Son el escudo que todo lo para y la lanza que todo lo  atraviesa«.

Las carcajadas brotan instantáneamente de cuantos conocen la historia y se confunden con las voces de los muchos que gritan «¿Y qué pasa si lanzas la lanza contra el escudo, eh?» «¿Qué ocurre si chocan?» «¡Dinos, dinos!«.

Como toda respuesta el hombre deja las dos piezas sobre la tierra y se sincera. «Nunca lo he sabido. Pero podéis hacer la prueba«.

Las risas se sofocan en su mayor parte, a la espera de las que sin duda han de venir. Uno de los jóvenes más avispados ha cogido ya la lanza diciendo «Sí, sí… déjame probar a mí«.

Coloca el escudo contra una pared. Sin motivos para dudar de su destreza, se aleja unos metros para coger la suficiente carrerilla. Con técnica perfecta arroja la lanza pero yerra el tiro, agujereando la pared a varios palmos del escudo. Algunos se ríen del joven mientras él se duele de un desgarro en el hombro.

«¡Déjame a mí, torpe!» dice otro chico con el que rivaliza. No sin esfuerzo desclava, prepara su carrera y, en el momento de tirar, la lanza se le resbala de la mano. Va a parar al tobillo de un hombre del pueblo que grita de forma enajenada. Algunos atienden al herido mientras el vendedor sacude la cabeza.

Ya nadie ríe.

«Acabemos con esta farsa«, dice por fin el guerrero más respetado del pueblo cruzando su mirada con la del vendedor. Pide un paño a su mujer con el que limpia la sangre de la punta y se coloca a una distancia a la que considera imposible fallar.

Tal vez la luz lo ciega, tal vez sea el sudor, tal vez esté envejeciendo, pero realiza el peor tiro que recuerda y la lanza termina su fatal trayectoria alojándose en el vientre de su propia esposa.

Sobre la plaza cae un silencio espeso.

El guerrero, corriendo, le saca la lanza y mete en el hueco su puño, tratando de taponar la hemorragia mientras carga con el cuerpo -cada vez más pálido- de su mujer, en busca de ayuda.

Los que no siguen al guerrero claman contra el vendedor. «¿Qué haces todavía aquí?» «¡Vete de nuestro pueblo!» «No has traído más que desgracias«. «¡Más te valdría huir antes de que te ahorquemos!«

El hombre, apesadumbrado, envuelve el escudo y la lanza en la manta y monta en su caballo de vuelta a los caminos.

Mientras lo ven marchar un anciano conversa con su nieto «¿Te das cuenta, hijo?» «¿De qué, abuelo?» «El hombre decía la verdad. Realmente se trataba del escudo que todo lo para y de la lanza que todo lo atraviesa«.

Y el niño entiende.

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Nota: Este relato está basado en un sueño -y esto es lo que más me alucina, que fuera un sueño- de mi amigo con el que hablo de cosas raras.

5 comentarios en “El escudo y la lanza

    1. Mi amigo con el que hablo de cosas raras lo dijo de una manera mas probabilistica, casi cuántica y muy rolera:
      «Dos sucesos mutuamente incompatibles no pueden darse. La realidad se ajustará para que no ocurran».

      Casi na. ;)

  1. Esto no es un sueño de tu amigo, es una historia antigua y solo está modificada a cambiarle algunas palabras. Una búsqueda rápida en Google te hará encontrar el plagio

    1. El relato parte de esa historia antigua que, efectivamente, es territorio común para luego seguir una elaboración literaria independiente. La idea para esa elaboración parte del sueño de un amigo que también conocía esa historia.

      En cualquier caso, gracias por intentar ayudar.

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